Cultura sur

Rogač es la más anciana ciudad costera en la isla de Šolta, un lugar que le dará una bienvenida calurosa. Los marineros curiosos y aventureros vienen a menudo aquí para relejarse, disfrutar la paz y el silencio y el bello paisaje verde. El primer lugar al que navegará desde Rogač es Milna en la isla de Brač. Brač y Šolta formaron una masa terrestre única en el pasado mientras que de nuestros días Brač es separado de la tierra firme por el Canal de Brač y de Šolta por la Puerta de Split.

Milna se encuentra al fin de la bahía ancha en la parte occidental de la isla. Es la ciudad pesquera y náutica construida en el siglo 17 de la piedra blanca de Brač. Junto a ella se encuentran dos marinas bien protegidas. Puede encontrar un puerto seguro en ACI Marina Milna o en Marina Vlaska, situadas en Vlaska en la entrada en la ciudad. Mientras está esperando el nuevo día a llegar, puede caminar por el paseo serpenteante costero o escalar la colina por encima de la ciudad, desde la que puede ver la bahía, los techos rojos de la ciudad o la iglesia barroca, que domina el paisaje. Los restaurantes y los cafés forman la parte inevitable de la oferta. En Milna, puede disfrutar una gran variedad de los excelentes restaurantes pesqueros, los grills, las pizzerías y los cafés junto a la playa.

Si es un aficionado de la naturaleza, Brač dispone de muchas bahías seguras y tranquilas en su parte occidental donde puede pasar la noche. Las bahías de Bobovišće y Stipanska son las dos estrechas, rodeadas de los pinos y ornamentadas de unas casas tradicionales. La belleza de Bobovišće fue la fuente de inspiración sin fin del famoso escribano y poeta croata Vladimir Nazor. En la aldea cercana puede ver su casa familiar y el monumento edificado en su honor.

Si no coge un viento favorable que le lleve hasta la isla de Brač o si comienza a soplar el fuerte viento de norte bura, puede buscar un puerto tranquilo en la parte sur de Šolta. Las bahías Jurja, Tatinja, Senjska y Stračinska ofrecen buenos refugios con sus aguas cristalinas rodeadas por las rocas empinadas.

Al despuntar el día puede empezar a buscar las nuevas bahías. Si navega a lo largo de la costa de Brač, no se olvide a parar en la bahía Blaca. En las inmediaciones de la bahía se encuentra uno de los lugares los más únicos de la isla, el monasterio de Blaca, asentamiento de los monjes ermitaños, quienes edificaron esta residencia en la roca mientras estaban huyendo de los Turcos en el siglo 15. Para llegar al monasterio, debe escalar una media hora el camino empinado a través el bosque. El monasterio tiene gran valor histórico y arquitectural, pues vale la pena estirar las piernas y ver la vista como la descrita en la famosa novela «El nombre de la rosa». Si decide visitar el monasterio, no se olvide a amarrar su barco a velas y no lo deje sin supervisión.

Al finalizar su corta excursión de senderismo, puede dirigirse hacia la ciudad de Bol, situada debajo de la más gran colina de la isla, Vidova gora, que es también la más alta cumbre del Adriático. Bol es lleno de las playas atractivas, de las que la más popular es sin duda Zlatni rat (El cano dorado). Tiene la forma de un pico que se extiende a un medio kilómetro en el mar. Bol es rico de localidades históricas. En el este puede ver el monasterio dominicano que alberga un museo con la colección arqueológica de los objetos y cuadros de valor. El centro de la ciudad es adornado por muchas casas de veraneo barrocas y un palacio renacentista-barroco con una galería de arte.

Al terminar el día, navegue hacia la isla de Hvar y visite la ciudad de Stari Grad, el Pharos griego, situada en el noroeste de la isla. Puede amarrar su barco en la zona costera de la ciudad y dar un paseo por la ciudad. En la primera hilera de los edificios de Stari Grad se encuentran las casas construidas por los comerciantes, los constructores de buques y los capitanes de los siglos 18 y 19. Entre los edificios románticos y renacentistas se destaca el Tvrdalj Petar Hektorović. Es una casa de veraneo fortificada con el estanque rodeado por las arcadas y los jardines ornamentales. Al lado de la casa está la iglesia renacentista de San Roque (siglo 16), así como la iglesia barroca de San Esteban (siglos 17/18), que tiene el campanario separado hecho de los bloques de piedra de Grecia. El monasterio dominicano del siglo 15 alberga muchos objetos de valor, desde la época de los ilirios y griegos hasta nuestros días. Después de visitar estos lugares de interés, puede refrescarse en uno de los numerosos restaurantes y tabernas. Si empiezan a soplar el viento maestral (viento frío y seco del norte) o tramontana (viento frío del noreste o norte), puede amarar su barco cerca de la bahía de Zavala o en una bahía poco más grande denominada Tiha.

Si quiere encontrar un lugar para amarrar en la ciudad de Hvar, debe quitar temprano Stari Grad. Hvar es uno de los destinos los más visitados del Adriático, destino de vacaciones excelente con geniales fiestas de noche. Si quiere divertirse, no pierda la oportunidad de visitar el bar «Carpe Diem», donde las fiestas empiezan temprano y terminan en la madrugada. Si no encuentra donde amarrar en la ciudad, lo que puede ocurrir a menudo durante los meses de verano, puede amarrar en la cercana ACI Marina Palmižana, situada en la bahía atractiva en Klement, la más grande isla en el archipiélago Islas Paklinski , que está directamente en frente de la ciudad. Para llegar hasta Hvar, puede tomar un bote de remos o una barca taxi. Si no quiere pasar la noche en la marina, puede amarrar su barco en una boya en la Bahía de Vinogradišće o echar el ancla en una de las bahías en la parte de sur.

Gracias a su clima, el balneario datando del año 1868, su cultura rica y la excelente posición, Hvar se ha convertido en uno de los destinos los más élite y los más visitados en el Adriático. Hvar es uno de los centros culturales de la literatura renacentista croata y su larga historia está escrita en su arquitectura. La fortaleza Fortica (Španjola) fue construida por encima de la parte anciana de la ciudad en el medio del siglo 16. La catedral de Hvar, junto con el palacio del Obispo, está cerca de la parte este de la más grande plaza en Dalmacia, llamada Pjaca. El teatro en Hvar, fundado en 1612, es uno de los primeros teatros municipales de Europa. El monasterio franciscano del año 1461 alberga un museo con la colección de los cuadros de los grandes maestros.

Desde Hvar, la isla del brezo, del sol y de los grillos, de la lavanda, de la salvia y del vino, Usted navega hacia la isla de Vis. Navegar a Vis por la primera vez se considera como un gran éxito para la mayoría de los marineros. Aunque sea a solo 8 NM de las islas vecinas de Paklinski (Archipiélago de Paklinski), sus costas empinadas y altas, la belleza salvaje y la herencia cultural histórica rica y hacen de Vis un fenómeno entre más de mil islas adriáticas. La primera parada en la isla es la ciudad de Vis. De lejos podrá ver dos fortalezas en las colinas: Velintun en la parte este y Fortica en el oeste. Dé un paseo por las callejuelas de Vis (llamadas kale), visite los palacios renacentistas y las iglesias y dé un vistazo a la historia - la Issa de la Antigüedad ha dejado rastros de su existencia por todas partes.

En otra parte de la isla se encuentra la ciudad Komiža. Yendo hacia allí, párese en el islote de Budikovac para nadar un poco, pero tenga cuidado cuando entre en la laguna y atención a los bajos. Cerca del islote está la bahía de Rukavac , el puerto el más seguro en la parte sur de la isla, donde puede amarrar su barco durante la noche si el tiempo se empeorara.

Junto a Budikovac está también el islote de Ravnik, famoso por su Cueva verde (Zelena spilja). Los visitantes de la Cueva Verde pagan una entrada y son llevados a la cueva por los barcos oficiales. Visite la cueva por la tarde y será encantado por el juego de la luz, que crea gran sombras en las paredes y en el agua. La bahía la más atractiva en toda la isla de Vis es la bahía Stiniva, rodeada de los barrancos inaccesibles de hasta 100 metros de altura. A borde de su barco puede navegar solo hasta la garganta. La bahía es deshabitada y protegida como una reserva natural. El fondo marino es sobre todo atractivo para los buzos. Después de un día lleno de agitaciones puede entrar en el puerto de Komiža, pero sólo si el tiempo es favorable y los vientos calmos.

Komiža es uno de los lugares los más pintorescos y lindos del Adriático. Pasear por la isla de Komiža es una experiencia única. Esta pequeña ciudad pesquera tiene kalas con estrechas casas de piedras que cuentan hasta 5 pisos. En la colina por encima de la ciudad puede ver los restos del monasterio benedictino de San Nicolás del siglo 12. En la ciudad se encuentra la iglesia de la «Gospa Gusarica» («Nuestra Señora de los piratas») del siglo 16 y en el muelle de la ciudad puede ver el castillo veneciano con el más gran museo de la pesca del mundo. Komiža es conocida por su gastronomía deliciosa. Entre sus especialidades podemos señalar la komiška pogača (un flan de sardinas saladas, cebolla y tomate) y langosta, que es el plato preferido de muchos visitantes. Enfrente de la bahía de Komiža hay unas islas que pertenecen al archipiélago de Vis: Biševo, con su famosa Modra špilja (Cueva azul), Svetac (ex-hábitat de la foca monje del Mediterráneo), islas volcánicas de Jabuka y de Brusnik y muchos islotes.

Navegue hacia Biševo y visite la magnífica Cueva azul. Los visitantes de la Cueva azul pagan una entrada y son llevados a la cueva por los barcos oficiales desde Biševo, que son los únicos barcos a que se le permita entrar. Durante los días soleados, los rayos de sol que entran en la cueva crean una magia azul y los objetos sumergidos bajo la superficie del mar adquieren un brillo plateado. Después de salir de Biševo, dirija su barco hacia Vis, donde pasará la noche.

El día 6 regrese a la isla de Šolta y navegue a Maslinica. La entrada en el puerto es escondida por seis islotes. El islote el más grande es también el más lejano. La más lejana al oeste está Stipanska, cubierta de la maquia densa que oculta los restos de la basílica paleocristiana del siglo 5 y la abadía benedictina. Maslinica es llena de los edificios tradicionales pero también de las casas de veraneo más modernas. En la playa arbolada de sur está el castillo barroco, recién restaurado y convertido en un hotel. Debajo del castillo se encuentra la recién construida marina Martinis Marchi.

Al lado de Maslinica está la bahía de Šešula, que ofrece un buen refugio contra los vientos maestral (viento frío y seco del norte) y tramontana (viento frío del noreste o norte). Si los vientos son desfavorables, puede amarrar el barco en Šešula, pero tenga cuidado y deje caer el ancla suficientemente profundo porque la profundidad de la bahía es considerable (40 m).

Aproveche su último día para navegar alrededor Mali y Veliki Drvenik. La parte norte de Mali Drvenik es árida y no accesible, pero el sur es boscoso, lleno de maquia y de los pinos. Aunque pequeño (3,3, km2), este islote tiene 5 aldeas, pues desde el mar siempre podrá ver una casa de aquí para allá. Veli Drvenik cuenta con unas bahías donde pueden amarrar su barco.

Le recomendamos de amarrar en la bahía de Krknjaši entre la costa este de Veli Drvenik y el islote de Krknjaš. Allí puede nadar y entonces zarpar hacia Rogač, donde pasará la noche.